ENTREVISTA AL ESCRITOR CÉSAR GAVELA

 

Benedicto Cuervo Álvarez

El escritor César Gavela  nació en Ponferrada, en 1953, y vive en Valencia desde 1976. Estudió Derecho en la Universidad Complutense de Madrid y es técnico superior de la Generalitat Valenciana. Ha publicado libros de cuentos, “Pobres del Sil” (1989) y “Cuentos de amor y del norte” (2005), Premio Vargas Llosa. Además, suyas son las novelas “La raya seca” (1996), Premio Ciudad de Irún; “El puente de hierro” (1998), Premio José María Pereda; “El obispo de Cuando”(2002), galardonado con el Torrente Ballester; “La Sagrada Familia” (con Alberto Gimeno, 2004), Premio Ciudad de Valencia.

Su gusto por los cuentos y microrrelatos son evidentes como se refleja en las recientes obras “El camino y otros pasos” (2012) y “Braganza” (2015).

Completan su historial literario el ensayo “Ramón Carnicer” (1993) y el libro de artículos literarios “Un hombre y un gato de Valencia” (2006).

Su obra ha merecido el reconocimiento de la crítica. José Vicente Peiró dice de la obra de César Gavela que: “Es un poeta de la novela, un arquitecto del contar”. El Diario La Opinión indica que: “Los textos de César Gavela abordan temas universales con una prosa extremadamente depurada y soberbia”.

Para César Gavelala ficción es una forma de hacer poesía, y considera al relato como “el corazón de la narrativa”. “Soy veterano en los microrrelatos —le confesaba el autor aEmilio Gancedoen una entrevista paraDiario de León—. Mi libro Cuentos de amor y del norte, de 2005, era casi íntegramente de cuentos muy breves, pocos llegaban a las dos páginas. También sucede lo mismo enEl camino y otros pasos, que se publicó en 2012. Se trata de un género que me gusta mucho, sobre todo en clave lírica. A veces, también humorística o erótica. Es un decir que se aproxima mucho a la poesía. Me seduce explorar esa frontera entre la poesía y la narrativa”.

Hace unos días contacté por facebook con él y no tuvo ningún inconvenien te en concederme una entrevista para todos los lectores de esta revista literaria por lo que le estoy muy agradecido. Vamos con las preguntas.

P. Cuando inició los estudios de Derecho en la Universidad Complutense de Madrid ¿pensaba dedicarse a escribir obras literarias?

No, en absoluto. Yo lo que sí era un gran lector de literatura, ya desde adolescente. Me gustaba mucho más la literatura que el derecho. Pero la carrera me facilitó el acceso a la función pública y esa ha sido mi profesión desde entonces. Una profesión jurídica, que me ha permitido escribir.

P.¿Qué nos puede decir de su niñez y juventud en Ponferrada? ¿Tuvo una infancia feliz?

Plenamente feliz, con mis padres, mis hermanos, mis abuelos, mis tíos... Era casi un mundo casi patriarcal. La ciudad entonces se parecía mucho a un poblado del Far West, con sus mineros, sus dos estaciones del ferrocarril, sus aldeanos que venían a las tiendas, al médico… Algunos a caballo. A mí me fascinaban las locomotoras, que circulaban muy cerca de casa. Aunque yo fui un niño bastante aficionado a la soledad, hice muchos amigos entonces y algunos lo siguen siendo. En la adolescencia descubrí la literatura, y poco después tomé conciencia de la inmoralidad y violencia del régimen franquista, enemigo de la libertad y de la cultura. En la primera juventud, la que viví en el Bierzo, descubrí el amor, sentimiento capital de la vida. Y también conocí las penas del desamor.

P.¿Quiénes han sido sus maestros y qué personas le ayudaron o animaron a que se iniciase por este difícil camino de las letras?

Los escritores somos muy independientes, en general, y vamos muy a nuestro aire en descubrimientos y fracasos, en errores y aciertos. A mí nadie me animó a escribir, pero un tío mío, que aún vive, había publicado algunas columnas en la prensa del norte de España, e incluso una novela y eso me hizo ver como más cercano el mundo de las letras. Eso sí, la revelación literaria, el descubrimiento de que hay algo más allá del mero contar o del mero leer adolescente, se lo debo a dos profesores de literatura. Ellos prendieron en mí la fascinación por la palabra. Recuerdo bien el momento en que descubrí ese decir diferente de lo literario. Fue con una obra de un autor hoy poco leído, aunque capital en la literatura española del siglo XX, y un verdadero maestro, como fue Azorín. Su brevedad, su concisión, su prosa arraigada y aérea a un tiempo, me fascinaron.

P.¿En qué momento le surge el deseo de escribir? ¿Qué nos puede decir de su primera obra literaria “Pobres del Sil”?.

Empecé a escribir columnas en la prensa a los 19 años. Me gustaba mucho opinar –y me gusta, porque sigo en ello 44 años después-. Entre 1972 y 1983 solo escribía columnas políticas o culturales. Pero la mayoría de mi tiempo libre la dedicaba a leer cientos, miles de libros, sobre todo de literatura en castellano, tanto española como, sobre todo, americana. Un día de 1983 me lancé a escribir un cuento. Ahí empecé. Mi primer libro “Pobres del Sil” también fue de relatos, y está fundado en el noroeste de España, mi territorio natal, también el de mis veraneos y viajes más frecuentes entonces. Eran cuentos fruto de la invención, como todos los míos, pero con un sustrato social y cultural conocido. A mí no me gusta escribir relatos ni novelas situados en países que no conozco bien o en tiempos que no viví. La literatura para mí consiste en modificar la memoria a través de la imaginación y el lenguaje.

P.¿A qué escritores admira más en este momento?

¿Escritores actuales? De los recientemente fallecidos, elegiría a Antonio Tabucchi, o al guatemalteco Augusto Monterroso. De todos los tiempos, y aparte del maravilloso Cervantes, me gustan mucho Juan Rulfo, Borges, Álvaro Cunqueiro, Cortázar, García Márquez, Italo Calvino y muchos otros.

P. A usted le gusta más escribir cuentos y microrrelatos que novelas ¿Por qué?

Bueno, yo he publicado cinco o seis novelas, y todas han sido premiadas, menos la última, que acaba de salir. Es decir, la novela también me gusta y he escrito ya unas cuantas como digo. Pero últimamente estoy más centrado en los cuentos. En todo caso, son rachas. Estoy seguro de que publicaré más novelas o libros de prosa más largos. Ahora mismo estoy terminando un libro de memorias infantiles. Y acabo de publicar, en edición digital, hace solo un mes, una nueva novela, “El general se confiesa”, basada en el siniestro dictador Franco.

P. En una entrevista usted le decía al periodista que: “lo más difícil de la literatura es escribir con sencillez”, ¿Realmente lo cree así?.¿No son más complicadas las obras excesivamente académicas o gongorianas?.

Hay que contar las cosas con la mayor precisión, sencillez e intensidad posibles. Emocionar e interesar con poco, sin que ello empobrezca el discurso. Me gustan las novelas cortas, me gustan los cuentos cortos y me gustan, incluso, los poemas cortos. Como decía mi gran amigo, paisano y maestro Antonio Pereira, todo lo que no añade, entorpece.

P. Lleva ya cuarenta años residiendo en Valencia, sin embargo, en gran parte de sus obras narra acontecimientos y hechos que transcurren en el noroeste de nuestra Península ¿a qué se debe este recurrir a sus orígenes?

Uno siempre es hijo de la tierra donde nació y donde vivió las primeras décadas de su vida. A mí todo eso me sucedió en el Bierzo y en otras geografías del Noroeste, como antes indiqué. Pero mi literatura no es regionalista, en absoluto. Es un telón de fondo en el que sucede lo que a todos los seres humanos nos afecta: el amor, la muerte, el dolor, la pasión, la melancolía, el gozo, la esperanza… Mis cuentos y novelas siempre tienen aspiración universal. La pasión importa mucho más que el paisaje. También tengo novelas y cuentos ambientados en el Mediterráneo, en Valencia, la ciudad donde vivo desde hace 40 años, y donde vine con intención de permanecer solo dos años como mucho. Aquí me quedé y aquí soy feliz. Y como llevo escribiendo 35 años en la prensa valenciana, pues, de algún modo, también soy escritor valenciano. Más político y social que literario, cierto, aunque procuro que mis colaboraciones semanales en la prensa de Valencia tengan un cuidado literario. Las que publico en la prensa de León, desde hace más de cuarenta años, también son deliberadamente literarias.

P. Precisamente su última obra “Braganza” recopilación de cuentos de breve extensión también está ambientada en el noroeste Peninsular, en concreto, en esa localidad portuguesa, ¿busca un ambiente idílico, de naturaleza salvaje ocultado por nieblas espesas y castillos que recuerdan otras épocas?

Este libro se titula así porque su cuento más extenso se llama Braganza, y creo que es uno de los más significativos. Pero se trata de un libro de muchos cuentos, la mayoría breves, incluso algunos microrrelatos. Sí que es cierto que casi todos los cuentos son del Noroeste, pero son actuales, o de épocas muy recientes, y son textos de amor, de muerte, del tiempo, de la pasión por el poder, alguno pertenece al absurdo, algún otro es de humor… Es un conjunto variado. No me gusta la novela histórica ni los cuentos en esa clave.

P. Los cuentos de “Braganza”, ¿Tienen algo en común?.¿Qué temáticas abordan?

Aparte de la temática de la muerte, del tiempo y del amor, en el que claramente se inscriben los cuentos de Braganza, yo resaltaría también que muchos de sus personajes son fabuladores. Comparten con el autor la capacidad de imaginar.

P.¿Le ha costado mucho escribir este cuento? ¿Viajó previamente a Braganza para familiarizarse con su castillo y el pueblo en general?.

No, los cuentos me surgen de un modo espontáneo. Aparece una escena, y a partir de ahí, también aparece una trama. Luego eso puede llegar a ser un cuento o quedarse en una tentativa. Son fogonazos de la memoria que emergen, convertidos en otras vivencias, en otras situaciones. Todos los cuentos de Braganza son fruto de la imaginación pero, secretamente, todos tienen algo que ver conmigo. Aunque sea con sueños míos. Braganza es una ciudad que me gusta mucho, no porque sea especialmente bella, sino porque es la ciudad más aislada de Portugal, porque cuando la conocí, de joven, tenía un aura misteriosa, de lugar un poco fuera del mundo, y eso me cautivó. Ahora es muy diferente. Ha crecido mucho, tiene universidad y está muy bien comunicada. Con todo, algo de misterio mantiene. Al menos, para mí, que soy un admirador profundo y perdurable de Portugal y de su cultura.

P.¿Cree que su última obra “Braganza” tendráéxito entre los lectores y la crítica literaria?.¿Se traducirá a otros idiomas?

Eso nunca se sabe. Los libros de cuentos, al menos en España, no tienen muchos lectores. Al revés que sucede en el mundo americano. Para mí el género preferido es el cuento. Es el más hermoso, el más sugerente, el más cercano a la poesía, que es el arte mayor literario. Ojalá este libro tenga un poco de suerte y pueda viajar lejos.

P.¿Qué documentación empleo para realizar su última obra?.¿Le costó mucho tiempo el conseguirla?

No, nunca me documento para escribir cuentos. Como decía, todo es fruto de la imaginación. A mí, en general, los escritores que se documentan mucho antes de escribir un libro, me dan un poco de mala espina. Salvo que estén escribiendo un ensayo o una novela histórica, algo así. La literatura viene de dentro afuera, no al revés. Al menos, la literatura que a mí me gusta. Yo nunca busco el tema de un cuento o de una novela: es el tema el que me busca a mí, y casi siempre me encuentra.

P. He mirado las fotos que tiene almacenadas en su facebook. De entre todas ellas destacaría dos, una en la que aparece a su lado Jaime Siles y la otra en la que usted está con el actual rey de España Felipe VI.¿Qué me puede decir de estas fotos?.

Jaime Siles es amigo desde hace ya bastantes años. También vive en Valencia y es un gran poeta, como todos sabemos. Añadiría que es una persona muy amable, muy educada, muy cordial y cercana, aparte de un sabio como debe de haber pocos en España en materia de poesía, de teatro y de su especialidad, que es el latín. Un verdadero renacentista. En cuanto a la foto con el Rey, fue con motivo de l50 aniversario del diario Las Provincias, de Valencia, celebrado en el Museo del Carmen. Surgió la posibilidad durante un ágape, y me hice la foto con él. Hablé un poco también con él; fue un rato agradable.

P.¿Seguirá escribiendo cuentos más que novelas?

Creo que escribiré, más o menos, el mismo número de libros de cuentos que de novelas. Estoy terminando otro libro de cuentos y tengo dos novelas cortas concluidas, en busca de editor. Ya veremos dónde las publico.

P.¿Tiene ya pensada o iniciada alguna otra obra literaria?

Aparte de revisar el libro de cuentos, casi terminado ya, trabajo en un libro de memorias de infancia. Por cierto, el nuevo libro de cuentos, es de temática esencialmente amorosa y erótica y esta ambientado casi exclusivamente en Valencia, que también para mí es un territorio literario, sin duda.

P.¿Va asiduamente a Ponferrada? ¿Tiene casa en su tierra natal?.

¿Piensa volver dentro de unos años para quedarse definitivamente allí?

Voy poco al Bierzo, sobre todo desde que murieron mis padres. Somos cinco hermanos, solo una se quedó allí. No tengo casa allí, pero sí un apartamento junto al mar, en Benicássim. Me gusta mucho ir al Bierzo, siempre me emociona hacerlo. Cuando me jubile, que ya no falta tanto, me gustaría pasar temporadas en el Bierzo, en el resto de la provincia de León, en Galicia, Asturias, norte de Portugal… en el Noroeste, claro. Pero serán temporadas porque donde creo que viviré será en el Mediterráneo. He “descubierto” el Mediterráneo, y amo este mar y esta tierra valenciana. Debo añadir que desde hace tres años he entrado a fondo en la pasión por Andalucía. Voy varias veces al año, trato de conocer lo mejor que puedo sus ciudades y culturas. En particular, me encanta la Baja Andalucía, creo que es uno de los mayores prodigios de Europa, y yo, que nunca había tenido interés por el flamenco, llevo un par de años escuchándolo con una pasión absoluta. Eso me lleva a la historia de Andalucía, a sus gentes, a sus ciudades.

P.¿Qué opina del momento cultural que se respira en la Comunidad Valenciana? ¿Y en España?.

En la ciudad de Valencia hay una ebullición cultural muy intensa. Sobre todo en el teatro, en la música, en las artes escénicas en general. Siempre la hubo, pero ahora más. Y también empieza a haberla en el terreno literario, algo novedoso respecto de años pasados, que fueron más anodinos. En todo caso, en Valencia siempre han vivido y viven grandes poetas, grandes narradores, grandes creadores de los dos idiomas: el castellano y el valenciano. Hay recitales de poesías todas las tardes, hay infinidad de presentaciones de libros, de talleres literarios, etc. Más que nunca.

Agradecemos al escritor berciano César Gavela la atención que ha tenido conmigo y, por extensión, con todos los lectores.

 

 

 


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