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Amistades literarias. Dickens y Collins.

Charles Dickens tenía ya cuarenta años y había publicado sus obras más famosas cuando conoció a Wilkie Collins, un estudiante veinteañero. Los presentó el pintor Augustus Egg, todos ellos participaban en el  teatro de aficionados, y compartieron escena en la obra titulada Not So Bad As We Seem.

En 1852 Dickens le ofreció publicar en su revista semanal y Collins le entregó el cuento Una Cama Terriblemente Extraña, y ese fue el inicio de su amistad literaria.

 

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Trabajaron juntos escribiendo La Helada Profundidad, una obra de teatro para el grupo aficionado de teatro de Dickens, y llegaron incluso a representarla para la Reina Victoria, en presencia de Hans Christian Andersen y W. M. Thackeray.  

La hija de Dickens, Katie, se casó con Charles Collins, hermano de Wilkie, por lo que se convirtieron también en familia.

Dickens fundó la revista All the Year Round. En el mismo número apareció un capítulo de la novela La Dama de Blanco de Wilkie Collins y última entrega de Historia de dos ciudades, de Dickens. La escritura de Collins y la de Dickens era de estilos muy distintos, pero ambos lograron conectar con los lectores victorianos.

En una carta a John Bowen, Collins confesó: “Nos veíamos todos los días, y nos teníamos todo el afecto que es posible tener entre amigos. Nadie (con excepción de mi madre, por supuesto) tenía tanta fe en mi futuro en la literatura como Dickens”.
Charles Dickens y Wilkie Collins escribieron también a cuatro manos algunas historias de navidad: Un mensaje proveniente del mar (1860), El terreno de Tom Tiddler's (1861),  El equipaje de cierta persona (1862),  La residencia de la Sra. Lirriper (1863) y El legado de la Sra. Lirriper (1864).

En la misma revista publicó Collins por entregas la novela Sin nombre, que fue de nuevo un gran éxito, pero su adicción al opio y unas complejas relaciones con sus amantes Caroline Graves y Martha Rudd lo forzaron a retirarse y pasar largas estancias en balnearios.

Ambos compartían tanto el gusto por la literatura como por la vida bohemia. Dickens utilizaba a Collins como pretexto para ausentarse de su casa familiar  y tener encuentros con sus amante la actriz Ellen Ternan, a la que llegó a seguir en su gira.

Aunque en los últimos años se distanciaron, la amistad siempre estuvo presente, y Collins no dudó en asesorar a Georgina Hogarth en la edición póstuma de las Cartas de Charles Dickens.