Barcelona Literaria - 3

 

Barcelona Literaria - 3

Hemos repasado en los artículos anteriores la Barcelona literaria de Cervantes y la de los escritores extranjeros que afincados temporalmente en la ciudad pero ¿cómo ha sido representada Barcelona por sus propios habitantes?
En un artículo publicado en el periódico El País el 15/03/03, titulado Un imaginario literario, Manuel Vázquez Montalbán se refería las vivencias y los rincones que conformaron el mapa simbólico de la Barcelona literaria y que se ha transformado por completo en los últimos años:
“El excitante literario de Barcelona procede de la relación espacio tiempo. Esta ciudad ha cosificado lo mejor de su pasado y ha creado un espacio barcelonés imaginario lleno de barricadas, putas de absenta, Gaudís, sufrimientos éticos, ricos ligeros, pobres sólidos, ocupantes, ocupados, humillados, ofendidos. Es un decorado lleno de maravillas pequeñas y cercanas, a 20 minutos las putas de absenta de la calle Robadors de los señores de Els Jardinets del paseo de Gràcia, todo vivido en unos 150 años de historia donde hubo de todo y pasó de todo durante los días laborables, y los domingos nos íbamos a las Ramblas a posar para Georges Sand o Theophile Gautier en el largo siglo XIX o para las televisiones ávidas de olimpiedades, en el, según Hobsbawn, brevísimo siglo XX. Todavía queda algo de aquella ciudad que fue literaria y hoy es sólo posmoderna.”
Los poetas de la Escuela de Barcelona, entre ellos Goytisolo o Gil de Biedma dejaron clara constancia de la Barcelona de la década de los cincuenta y los sesenta. José Agustín Goytisolo decía en SOBRE LA TEMPORADA EN BARCELONA:
Cuando llega el otoño las gentes de esta bendita ciudad
comienzan a telefonearse rápidamente
organizan tremendas fiestas y se besan y se saludan
hola qué tal cuánto tiempo te quiero mucho llámame.
Entonces yo me afeito con cuidado
pongo una de mis caras más miserables
guardo un par de Alka-Seltzer en el bolsillo
e inauguro mi vida social.
Algunas veces aterrizo en blandas casas
en donde me reciben con aparente sorpresa
(…) Lo peor son las reuniones en editoriales
en las que siempre hay un uruguayo con mirada de buey que acostumbra a emborracharse y cantar tangos
y acaba recordando a su querida mamacita.
(…).
Está claro que podría hacer mucho mejor las cosas
y tener una agenda y acordarme de todo
pero no tengo tiempo porque quiero ir a casa
y meterme en la cama y perpetrar un poema
después de haberme duchado por enésima vez.

 Barcelona Literaria


Gil de Biedma dejó parecidas impresiones de sus vivencias en BARCELONA JA NO ÉS BONA, O MI PASEO SOLITARIO EN PRIMAVERA:
(…) Oh mundo de mi infancia, cuya mitología
se asocia -bien lo veo-
con el capitalismo de empresa familiar!
Era ya un poco tarde
incluso en Cataluña, pero la pax burguesa
reinaba en los hogares y en las fábricas
sobre todo en las fábricas -Rusia estaba muy lejos
y muy lejos Detroit.
Algo de aquel momento queda en estos palacios
y en estas perspectivas desiertas bajo el sol,
cuyo destino ya nadie recuerda.
Todo fue una ilusión, envejecida
como la maquinaria de sus fábricas,
o como la casa de Sitges, o en Caldetas,
heredada también por el hijo mayor.

Sólo montaña arriba, cerca ya del castillo,
de sus fosos quemados por los fusilamientos,
dan señales de vida los murcianos.
Y yo subo despacio por la escalinatas
sintiéndome observado, tropezando en las piedras
en donde las higueras agarran sus raíces,
mientras oigo a estos chavas nacidos en el Sur
hablarse en catalán, y pienso, a un mismo tiempo,
en mi pasado y en su porvenir.
Barcelona se vuelve “la ciudad nerviosa” en palabras del más contemporáneo de sus escritores, Enrique Vila-Matas que en sus artículos periodísticos reflexionaba sobre la ciudad y su imaginario y la capacidad de crear relaciones entre el pasado y el presente:

 Federico García Lorca y las bibliotecas

 

“Y también por eso, hace un par de meses, me golpeó todavía más descubrir que Vicente Rojo, actualmente el mejor pintor de México y uno de los mejores del mundo - por mucho que él lo oculte con su legendaria discreción-, había compuesto una serie de  lienzos que homenajeaban al paseo de Sant Joan de Barcelona.¿Cómo era  posible que mi exclusivo  paseo, situado en el último rincón del mundo, fuera conocido en México y, además, por el maestro de los pintores de ese país? Me quedé tan turulato como Juan Marsé en los años cuarenta al enterarse en el cine Rovira de que en Hollywood conocían la ciudad de Barcelona.
Quiso el azar que Vicente Rojo aterrizara la semana pasada en Barcelona y pudiera  resolver yo el enigma cuando mi amiga Selma Ancira me lo presentó y, celebrando con él y con su mujer, Alba, su sesenta y cuatro aniversario, pude saber que Rojo nació en Barcelona, en el passatge d'Alió, junto al paseo de Sant Joan , a cien metros de donde transcurrió toda mi infancia.(…)
     Pero eso en realidad es la ciudad moderna, porque eso mismo puede ocurrir en Barcelona, que es mi ciudad y es donde he vivido 50 años, y donde me puedo bajar a Las Ramblas, estar tres horas y sentir esa impresión agradable y desagradable al mismo tiempo, que por un lado es bastante terrible darte cuenta de que no conoces a nadie y por la otra, que al no conocer a nadie te permite pasear tranquilo por Las Ramblas.¿Quién conoce su ciudad? Creo que es prácticamente imposible abarcarla.
     Cuando yo tenía 14 años subí a la parte alta de Barcelona para ver cómo era. No había ido nunca a esa zona elegante, la zona de la Bonanova, donde por ejemplo vivían los Goytisolo. De ese hallazgo recuerdo un paseo extraordinario de árboles que ahora está destrozado. En mi vida había visto ese paseo y me maravilló descubrir que ese paseo estaba en mi ciudad. Pero bueno, todo esto viene del descubrimiento mismo en el que uno deja el barrio y vas mas allá de los límites del barrio. Creo que todo el mundo ha vivido esta experiencia, aunque ahora la vida de barrio se ha vuelto mucho mas robotizada. Pero tu ciudad jamás la vas a conocer, quizá yo he llamado a Barcelona la ciudad nerviosa, porque personas de mí círculo más querido son personas todas nerviosas en cuanto a su inquietud constante, insatisfechas con su realidad y luchando de forma dramática por cambiarla.”
Barcelona, pues, esa ciudad nerviosa que cambia a cada instante pero que perdura ya siempre en todas sus caras en la voz de sus poetas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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