En la Barcelona de las Indias

Carles Geli / El País

Día 18/04/2014

“¿Sabe de alguien a quien puedan interesarle dos pieles de caimán?”. Al entonces responsable de las páginas literarias de la seria revista Destino, Joaquim Marco, le pareció una pregunta de realismo mágico, como entresacada de ese Cien años de soledad, cuya primerísima reseña acababa de publicar Pere Gimferrer en 1967 en el semanario. La agente Carmen Balcells les había dejado leer en un mecanoscrito “con un centenar de correcciones del propio autor; nada trascendente”, recordaba ayer el ya retirado catedrático de literatura de la Universidad de Barcelona.

Marco fue de los primeros en España en hablar de las novelas de García Márquez y ello explica que el escritor, un poco perdido, le convocara apenas llegó el 4 de noviembre de 1967 con su mujer y sus dos hijos pequeños. “Era un piso provisional, de alquiler, por la zona de la plaza Lesseps, en el barrio de Gràcia, con muebles tronados”, recuerda Marco. Sería algún otro más así: Gabo llegó sin blanca porque no había podido sacar dinero de su país y sus Cien años de soledad, publicado hacía poco más de cinco meses en Argentina, si bien había vendido en 15 días los 8.000 ejemplares de su primera edición y se había iniciado una reimpresión de 10.000 más, aún no había estallado.

A Barcelona lo había dirigido un cóctel extraño de circunstancias, como todo en la vida del niño marcado de historias de Aracataca: por un lado, el recuerdo del escritor Ramón Vinyes, el famoso “sabio catalán” de su novela, que le llenó de lecturas y de la imagen de una ciudad cargada de una burguesía supuestamente culta que apoyaba a genios como Gaudí mientras los anarquistas lideraban el movimiento obrero. También estaba la idea de intentar arrancar una nueva novela sobre un viejo dictador sudamericano y qué mejor que vivir de cerca el espectáculo de un sátrapa, al parecer, al final de su vida y de su poder como Franco. La tercera razón era la más poderosa: Balcells, que había olido el talento de Gabo, quería dar a su pupilo el caldo de cultivo material idóneo para que el colombiano hiciera lo que tenía y sabía hacer: escribir.

Le acabó encontrando acomodo en uno de los mejores barrios de Barcelona, el tranquilo Sarrià, en un espacioso piso de la calle Caponata, 6. Casi en la esquina, en Osi, 50, aterrizarían los Vargas Llosa. Los dos hijos de Gabo, que estudiarán en el inglés Kensington School, se harán muy amigos de los dos de Vargas Llosa y, cuando también bajan desde más arriba de la ciudad, con Pilarcita Donoso, fiel reflejo de la gran amistad de las tres familias, que con cualquier pretexto quedan a comer o a cenar.

Cuando no está encerrado escribiendo enfundado en un terrible mono azul de mecánico, Gabo suele dar paseos eternos por la ciudad con Vargas Llosa y hasta comentan juntos las noticias de Le Monde, muchas veces en la cercana de casa y famosísima Pastelería Foix, regentada por el ínclito poeta catalán.

 

 

Leer Más

 


Comentarios (0)

No hay comentarios escritos aquí

Deja tus comentarios

  1. Al enviar comentario, manifiestas que conoces nuestra política de privacidad
Archivos adjuntos (0 / 3)
Compartir su ubicación

Te puede interesar

CursosCursosCursos de formación, escritura creativa.
Concursos LiterariosConcursos Literarios España y Latinoamérica
librosLibros Publicita tus libros
BiografíasBiografíasBiografías de escritores.
Recursos para escritoresRecursosRecursos para escritores
¿buscas editor?Publicar¿Deseas publicar?
AsesoríaAsesoríaAsesoría literaria. Informes, Correcciones

Cursos

banner cursos escritores org v

Asesoría

banner escritores asesoria v2

Datos de contacto

Escritores.org

CIF:  B61195087

  • Email: info@escritores.org
  • Web: www.escritores.org
  • © 1996 - 2024